sábado, 8 de febrero de 2014

Carta abierta a la señora Irene Rigau

Querida Irene,

El pasado 31 de enero de 2014 vio la luz la famosa sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), que obliga a 5 centros a dar como mínimo un 25% de la enseñanza en castellano.

Los defensores de la inmersión lingüística, como usted, sostienen que el modelo funciona perfectamente, y que nadie tiene ningún problema con ello. En efecto, tiene razón en lo primero, funciona perfectamente, pero conceda que algo debe incomodar a unos padres que han sido capaces de llevar su molestia hasta el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

El 49.3% de los residentes en Cataluña en el año 2012 tiene como lengua materna el castellano, y de estos, el 95.2% continua teniendo el castellano como lengua de uso habitual. ¿No cree que a estos padres les gustaría que el castellano formara parte también de la educación de sus hijos?. ¿Cómo cree que se siente un niño cuando va por primera vez a una escuela donde se habla un idioma distinto?, ¿diferente quizás?. ¿Cree que no sufre un padre por esta situación?. ¿Y qué hace? ¿se enfrenta al sistema y pone en el disparadero a su hijo? ¿o aparenta normalidad y hace lo posible porque se integre?.

Claro que hay muchos padres que querrían que el castellano tuviera su espacio en la escuela. Integrar es unir dos cosas para componer una cosa diferente, y a ser posible mejor que la suma de ambas. La inmersión lingüística no es una herramienta de integración, sino de asimilación.

Decir que no existe ningún problema porque nadie se queja es de un cinismo insultante. La hora semanal de castellano que tiene uno de mis hijos en preescolar la da una marioneta. El profesor habla castellano a través de ella. Una de las observaciones más agudas que he oído a una madre de la clase de mi hijo se refiere a la letra ñ. No había reparado en ello, pero es verdad. Si no se la hubiera enseñado yo, aún no sabría que existe. Hay que compensar lo que la escuela no hace, porque el avance del catalán depende del retroceso del castellano, no hay otra.

Observe además, mi querida señora, que en Cataluña no se ha abierto ningún debate en torno a la política de inmersión lingüística. Ustedes sólo quieren votar lo que les interesa, que es romper los lazos con España. Y por eso ofrecen 2 caminos: asimilación o nada. El camino intermedio no les place porque implica reconocimiento, y conduce a la coexistencia.

http://elpais.com/elpais/2012/12/11/opinion/1355252811_148230.html

Agárrese los machos señora, porque la batalla de las ideas ha empezado, y ustedes ya han enseñado el plumero.

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